La tarde del dieciséis de abril de 1981 iba a suponer, para la Hermandad de la Expiración, una nueva etapa, un resurgir y un reto para un grupo de hermanos que se disponían a sacar, por primera vez sobre sus hombros, la Imagen del Santísimo Cristo de la Expiración. Veintiún hermanos costaleros, bajo el paso “granaino” del Stmo. Cristo, esperaban ansiosos que las puertas del templo se abrieran. Veintiún costaleros “calzaban” la antigua canastilla del Señor. Se habían programado dos turnos, bajo y alto, pero la lluvia hizo aparición cuando el paso del Santísimo Cristo se encontraba al final de la calle los Coches y hubo que volver a la iglesia, tras nuestros pasos; pero el deseo, anhelado desde pequeño, se había hecho realidad.
Al año siguiente ya contábamos con tres turnos de hermanos costaleros para el paso del Cristo, y uno para el paso de palio. El segundo turno se formó con algunos costaleros del Cristo que repetían en el palio. Y tal era el ánimo por engrandecer la Hermandad que, aquel Martes Santo, por propia iniciativa de los costaleros, se colocaron andas -en menos de veinticuatro horas- al paso de San Juan, para portarlo a hombros en la tarde del Jueves Santo. De esta forma, la Expiración fue pionera en nuestra ciudad en llevar a hombros los tres pasos.
A una hermandad se llega por tradición familiar, por devoción y por pertenencia a un barrio. Sin embargo, este núcleo numeroso de hermanos costaleros tuvo otro origen: el Balonmano Jaén. Pero yo, ajeno a ese mundo, fui recibido con cariño, no sin recelo, por los entonces encargados de ese proyecto, interesante e incipiente, del llamado Cuerpo de Hermanos Costaleros del Santísimo Cristo de la Expiración, que tenía por misión sacar a hombros los tres pasos de la Hermandad.
De aquellos sesenta y tres costaleros, aún quedan cuatro que, cada Jueves Santo, fieles a su llamada, ofrecen a Cristo expirante, sus experimentados hombros: Miguel Moreno, Joaquín López, Antonio Castro y Juan Cañas. Las ausencias fueron cubriéndose con nuevas incorporaciones, año tras año. Algunos de ellos pasaron a ser directivos de la Hermandad. Para otros, su paso por la Hermandad fue fugaz pero, a casi todos, se les ve los Jueves Santos, por la iglesia de San Bartolomé, emocionados, rezando una oración a su Cristo de la Expiración.
Treinta años en los que los fines y estilo de los hermanos costaleros fundacionales, poco han cambiado; sin levantar faldones, en el anonimato, siempre de frente, teniendo en cuenta que lo más importante de todo va arriba, sobre sus hombros, nunca bajo los faldones, ni detrás. Hombros de costaleros que todo lo han dado. A todos los guardo en mi corazón.
No siempre ha sido un camino de rosas, pues ya se sabe, que donde el ser humano interviene, siempre hay “dimes y diretes”, pero se ha salido hacia delante, gracias al amor que todos procesan al Stmo. Cristo de la Expiración. Gracias Pepe Moya por la ayuda tan grande que le diste a la Hermandad en el año 2.000. El fruto está claro, a día de hoy, no hay un grupo tan numeroso y homogéneo como los más de cien hermanos que componen la nómina de costaleros del Cristo de la Expiración, donde se conjuga juventud y madurez, apoyo entre todos ellos y espíritu de servicio a la Hermandad. Y a todos ellos les ruego que sigan así. Alegra ver a padres e hijos compartir el anda juntos o que, llegada la hora de la retirada, los antiguos, ceden su puesto a nuevas generaciones que se aprestan a ofrecer la fuerza de su juventud al servicio de la Hermandad.
He tenido la inmensa suerte de llevar sobre mis hombros al Santísimo Cristo de la Expiración, seis años. Dieciocho años he sido los ojos de mis hermanos costaleros en la tarde del Jueves Santo y, en este año de nuestro aniversario no será así. Nuevas generaciones de hermanos vienen pidiendo paso. Pero, yo siempre iré unido a Él, lo más próximo que mi corazón me permita. Gracias a todos, gracias de corazón. Bien sabéis que en mí seguiréis teniendo un hermano que todos los Jueves Santo estará a vuestro lado. Gracias...
Al año siguiente ya contábamos con tres turnos de hermanos costaleros para el paso del Cristo, y uno para el paso de palio. El segundo turno se formó con algunos costaleros del Cristo que repetían en el palio. Y tal era el ánimo por engrandecer la Hermandad que, aquel Martes Santo, por propia iniciativa de los costaleros, se colocaron andas -en menos de veinticuatro horas- al paso de San Juan, para portarlo a hombros en la tarde del Jueves Santo. De esta forma, la Expiración fue pionera en nuestra ciudad en llevar a hombros los tres pasos.
A una hermandad se llega por tradición familiar, por devoción y por pertenencia a un barrio. Sin embargo, este núcleo numeroso de hermanos costaleros tuvo otro origen: el Balonmano Jaén. Pero yo, ajeno a ese mundo, fui recibido con cariño, no sin recelo, por los entonces encargados de ese proyecto, interesante e incipiente, del llamado Cuerpo de Hermanos Costaleros del Santísimo Cristo de la Expiración, que tenía por misión sacar a hombros los tres pasos de la Hermandad.
De aquellos sesenta y tres costaleros, aún quedan cuatro que, cada Jueves Santo, fieles a su llamada, ofrecen a Cristo expirante, sus experimentados hombros: Miguel Moreno, Joaquín López, Antonio Castro y Juan Cañas. Las ausencias fueron cubriéndose con nuevas incorporaciones, año tras año. Algunos de ellos pasaron a ser directivos de la Hermandad. Para otros, su paso por la Hermandad fue fugaz pero, a casi todos, se les ve los Jueves Santos, por la iglesia de San Bartolomé, emocionados, rezando una oración a su Cristo de la Expiración.
Treinta años en los que los fines y estilo de los hermanos costaleros fundacionales, poco han cambiado; sin levantar faldones, en el anonimato, siempre de frente, teniendo en cuenta que lo más importante de todo va arriba, sobre sus hombros, nunca bajo los faldones, ni detrás. Hombros de costaleros que todo lo han dado. A todos los guardo en mi corazón.
No siempre ha sido un camino de rosas, pues ya se sabe, que donde el ser humano interviene, siempre hay “dimes y diretes”, pero se ha salido hacia delante, gracias al amor que todos procesan al Stmo. Cristo de la Expiración. Gracias Pepe Moya por la ayuda tan grande que le diste a la Hermandad en el año 2.000. El fruto está claro, a día de hoy, no hay un grupo tan numeroso y homogéneo como los más de cien hermanos que componen la nómina de costaleros del Cristo de la Expiración, donde se conjuga juventud y madurez, apoyo entre todos ellos y espíritu de servicio a la Hermandad. Y a todos ellos les ruego que sigan así. Alegra ver a padres e hijos compartir el anda juntos o que, llegada la hora de la retirada, los antiguos, ceden su puesto a nuevas generaciones que se aprestan a ofrecer la fuerza de su juventud al servicio de la Hermandad.
He tenido la inmensa suerte de llevar sobre mis hombros al Santísimo Cristo de la Expiración, seis años. Dieciocho años he sido los ojos de mis hermanos costaleros en la tarde del Jueves Santo y, en este año de nuestro aniversario no será así. Nuevas generaciones de hermanos vienen pidiendo paso. Pero, yo siempre iré unido a Él, lo más próximo que mi corazón me permita. Gracias a todos, gracias de corazón. Bien sabéis que en mí seguiréis teniendo un hermano que todos los Jueves Santo estará a vuestro lado. Gracias...
Antonio Manuel Vera Quesada
Consiliario de la Hermandad de la Expiración y costalero
Consiliario de la Hermandad de la Expiración y costalero
2 comentarios:
Si alguien ha sido afortunado en estos últimos años he sido yo. A pesar de todo lo que acarrea el "cargo" elegido democráticamente por los costaleros del Cristo, tengo la suerte de conocer a un grupo de personas unido en un mismo fin y que cada uno con sus cosas son todos maravillosos. Si Miguel no me hubiera animado, si Antonio Jesús y la Junta de la cofradía no me hubieran aceptado y si Paco, Javier, Luis y tú no hubierais estado conmigo no habría tenido esta suerte.
Sabes que siempre tendré uno de esos abrazos que doy al finalizar la procesión para ti, más sabiendo que no siempre el trato para contigo ha sido el más correcto durante todos estos años.
Un abrazo y gracias a ti
Me siento una de esas personas privilegiadas como costalero del Stmo.Cristo.Como dije, transcurrida la Semana Santa de 2010,somos herederos directos de un legado ancestral que debemos transmitir a las generaciones venideras.Nono siempre estarás con nosotros debajo,en la salida,en cada giro,en cada golpe del llamador.De todo corazón muchas gracias.
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